Me gusta la época navideña, poner los adornos, preparar las comidas. Somos pocos a la mesa vestida de rojo, pero nos sentamos bien dispuestos a pasar un buen momento. Las penas siempre están, nublando de a ratos la mirada de cada uno. Pena por los que no están, algunos porque no pueden, otros que nunca estuvieron, otros porque no los dejan. La tristeza de las Fiestas tiene que ver con las ausencias, pero somos afortunados de tener a nuestro alrededor personas queridas y que nos quieren para compartir los adornos, la comida, el brindis...
Además de estas cosas las Fiestas representan para mi consultas urgentes, audiencias imprevistas, planteos descabellados de las parejas separadas que no se ponen de acuerdo con quien pasaran los hijos comunes las Fiestas.
Aparecen planteos como estos:
Año Nuevo conmigo, Navidad con vos. (Y seguro que el otro no está de acuerdo.)
Este años las dos Fiestas conmigo y el otro año con vos.(Total de acá al año que viene puedo cambiar de idea y no se los dejo llevar tampoco)
Año Nuevo va con vos pero a las 12 lo quiero acá para que brinde también conmigo. (y cinco minutos antes de la medianoche de fin de año, en lugar de preparse para el brindis, el progenitor que tiene al niño deja el auto en marcha en la calle y la puerta abierta para poder salir corriendo y llegar a la casa del otro progenitor, con la copa en la mano y esquivando niños que prenden fuegos artificiales en la calle, escuchando las doce campanadas en el auto... y al llegar en lugar de una salutación recibe un reproche por la demora, y el incumpliento de lo pactado en la audiencia...con suerte no habrá represalias)
Y el niño se queda mirando. Seguramente recordará todo cuando sea mayor y este recuerdo será una de las razones que hará nublar su mirada durante los festejos navideños.
Las Fiestas son un buen momento para que muchos padres y madres utilicen a los niños para causar daño al otro, niegan la presencia de ellos y así convierten esa ausencia en un instrumento de tortura. Otros obligan a quien quiere los niños en las Fiesta a pasarla solos, porque claro, "los niños no van si está tal o cual" y el tal o cual tendrá que pasar las Fiestas en otro lado. Con suerte "tal o cual" entenderá y perdonará, pero si no es así la respuesta sera: "vas a tener que elegir entre tu hijo y yo". Apuñalado de muerte, con un puñal en el hígado y otro en el corazón, el destinatario de tales pretenciones agonizará lentamente durante las fiestas cualquiera sea la decisión que tome.
A todos quienes lean esto les digo: estas Fiestas son una buena oportunidad para ser mejores personas, siempre hay alguien a quien hayamos herido para pedirle perdón, alquien que nos haya lastimado a quien perdonar, pidamos perdón y perdonemos, dejemos curar las heridas que tengamos abiertas, tratemos de ser felices y que los demás también lo sean, dejemos el pasado en el pasado y el 1 de enero empecemos una vida nueva.
Que estas Fiestas estén llenas de momentos Felices. Un abrazo de corazón. Silvana.
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